Los quistes son una afección de la piel muy común, afectan al menos al 20% de los adultos. Pueden estar presentes al nacer o aparecer más tarde en la vida. Surgen en todas las razas, y la mayoría de los tipos de quistes son más frecuentes en hombres que en mujeres.

Los quistes cutáneos más frecuentes se pueden clasificar según el contenido de material fluido o semisólido que hace que sobresalgan en la piel:

• Milium o milia. Estos quistes son diminutos y se presentan como pápulas blancas duras, de uno a dos milímetros, ubicadas por lo general en la cara. Pueden aparecer a cualquier edad. Su tratamiento se hace por razones estéticas, con retinoides tópicos o mediante un procedimiento quirúrgico. Son de carácter benigno.
• Quistes epidermoides. A veces mal llamados quistes sebáceos, son lesiones benignas muy frecuentes en la población general. Se presentan en cualquier parte del cuerpo, pero se observan con más frecuencia en la cara, la base de orejas, el tronco o los genitales. Tienen forma de nódulos del color de la piel y su tamaño puede ser de varios milímetros a varios centímetros. También tienden a inflamarse, enrojecer y causar dolor si se infectan o rompen. Aunque suelen mejorar sin tratamiento, es posible eliminarlos con mayor rapidez a través de una inyección de corticoide local o mediante cirugía dermatológica.
• Quistes tricolémicos. Son nódulos subcutáneos más profundos, firmes y de crecimiento lento. Se encuentran con mayor frecuencia en el cuero cabelludo. Se tratan a través de incisión quirúrgica.
• Quistes pilosos. Tienen mayor prevalencia en niños y adultos jóvenes. Se caracterizan por una aparición repentina de pápulas foliculares pequeñas en forma de cúpula, por lo general, en el tronco. Su evolución es lenta y pueden retroceder de manera espontánea, pero en caso de requerirlo, será de tipo quirúrgico, con láser o retinoides tópicos.