Dermatólogo en Redován
Revisión de lunares (nevus)
El sol es fuente de vida y salud. Además de que ayuda a producir vitamina D, necesaria para la formación normal de los huesos, eleva la producción de endorfinas, que nos hacen sentir placer y bienestar. El problema llega cuando lo tomamos en exceso y aumenta el riesgo de desarrollar melanoma o cáncer de piel.
La lucha contra el cáncer de piel se basa en dos pilares fundamentales: la protección contra los efectos dañinos del sol y la detección precoz.
En este sentido, es importante adquirir unos hábitos de vida saludables que eviten que tengamos demasiada exposición a los rayos ultravioleta. También acudir al dermatólogo de forma periódica para nos realice una revisión de lunares. Este control rutinario permite detectar lesiones que, de ser tratadas a tiempo, aumenta la probabilidad de que tengan un buen pronóstico.
Preguntas frecuentes sobre la revisión de lunares
La respuesta es sí. Existen personas con un elevado riesgo de tener cáncer de piel. Para ellas, las revisiones de lunares con carácter periódico están especialmente indicadas.
Estos son algunos signos que pueden ayudarte a determinar si te encuentras entre este grupo:
- Haber tenido melanoma antes.
- Tener una gran cantidad de lunares (más de 50).
- Lunares atípicos, con irregulares en su forma, color o mayores de un centímetro.
- Antecedentes de quemaduras solares importante o numerosas.
- Personas con piel y ojos claros.
- Antecedentes familiares de primer grado de melanoma.
- Personas con lunares de nacimiento de más de diez centímetros.
La revisión periódica es la única forma de combatir o prevenir el cáncer de piel. Por ello, además de visitar al dermatólogo con regularidad, es fundamental la autoexploración para detectar posibles lunares sospechosos.
Pero, ¿cómo sabemos cuándo hay que sospechar de un lunar? Para ello, contamos con la regla del ABCDE, basada en la observación de las características de los lunares. Gracias a ella, podemos obtener una serie de pistas a la hora de sospechar sobre la posible malignidad de un lunar o mancha:
- A de asimetría. Al dividir un lunar, las dos mitades deben ser similares o parecidas en cuanto a forma y a color.
- B de bordes. Los lunares suelen tener los bordes regulares. Esto no significa que los bordes irregulares sean siempre sinónimo de melanoma, pero sí que presentan un mayor riesgo de que el lunar sea maligno.
- C de color. Normalmente, los lunares suelen ser marrones claros u oscuros, con un color uniforme. Un lunar con más de dos o tres colores tiene un mayor riesgo de ser maligno.
- D de diámetro. Los lunares suelen tener un diámetro menor de 6 mm. Por tanto, los de un tamaño mayor suelen tener un riesgo más elevado.
- E de evolución. Probablemente, este sea el punto más importante, examinar cómo evolucionan los lunares. Ante cualquier cambio de tamaño, forma, color, picor o aparición en exceso de nuevos lunares, es aconsejable consultar con un dermatólogo.
El dermatólogo siempre será el encargado de decidir si un lunar debe ser extirpado o no. Pero, si el lunar resulta sospechoso de cáncer, o si produce molestias o interfiere en tus hábitos cotidianos del paciente, lo normal sería que opte por extirparlo.
En tal caso, es importante saber que la extirpación de un lunar es un procedimiento rápido, y por lo general ambulatorio, que se realiza con regularidad en las clínicas dermatológicas.
Revisión de lunares
En dePiel Clínica Dermatológica queremos concienciar a todo el mundo de la gran importancia que tiene realizarse una revisión de lunares con regularidad para prevenir el melanoma o cáncer de piel.
Por ello, te animamos a que te pongas en contacto con uno de nuestros dermatólogos. Gracias a este control periódico podremos detectar lesiones que para ti pasan desapercibidas, y que de ser tratadas a tiempo, aumenta la probabilidad de que tengan un buen pronóstico.
Dermatología
Dr. David Cremades
Lloría
