Existen distintos tipos de alopecia o calvicie, cada cual con diferentes síntomas. Los grupos de riesgo y el pronóstico de la enfermedad también varían según su tipología:

• La alopecia androgénica, también conocida como calvicie común, es la más frecuente. Normalmente se presentar a partir de los 40 años y afecta en torno al 50% de los hombres y al 10% de las mujeres, aunque en el caso femenino la pérdida de pelo es difusa, ya que no llega a perderse la totalidad del cabello y no existen las clásicas entradas propias del patrón de calvicie masculino. Su origen es principalmente genético, aunque también puede ser hormonal.
• La alopecia areata es el segundo tipo de calvicie más común. Se caracteriza por una caída del cabello en forma de parches, aunque puede extenderse a la totalidad del cuero cabelludo o, incluso, al resto del cuerpo. Lo habitual es que este tipo de alopecia desaparezca y vuelva a crecer el cabello, aunque pueden volver a aparecer estos parches si hay una recaída. Esta afección del cabello suele estar asociada a enfermedades autoinmunes como la celiaquía, la diabetes o la artritis.
• La alopecia fibrosante, más conocida como alopecia frontal, es más frecuente en mujeres que en hombres. Aunque plantea muchas incógnitas y sus causas son aún bastante desconocidas, se sabe que puede estar relacionada con la menopausia.
• La alopecia difusa o efluvio es un tipo de caída de cabello reversible. Puede ser más o menos intensa, pero corresponde a una porción del cuero cabelludo donde desaparece el pelo.
• La alopecia cicatricial es un tipo de caída o desaparición del pelo provocada por una cicatriz. En este caso, lo que sucede es que se ha producido una destrucción de los folículos pilosos, algo que impide la aparición de pelo nuevo en la zona.
• La alopecia universal es un tipo de caída de cabello asociado a una enfermedad autoinmune que ataca a los folículos pilosos impidiendo que pueda generarse cabello alguno. En este tipo de calvicie, los anticuerpos del paciente agreden al folículo piloso hasta eliminarlo por completo. Conviene aclarar que la alopecia universal es un subtipo de la alopecia areata, pero con la diferencia de que se muestra de una forma más agresiva.

Para saber qué tipo de alopecia tienes, lo mejor es acudir a un dermatólogo tricólogo para que te realice un diagnóstico, observando la magnitud de la caída del cabello y examinando algunas muestras de pelo con un microscopio. Este especialista puede incluso solicitar una biopsia del cuero cabelludo para descartar otras afecciones que estén causando la caída del pelo.

El primer paso tratar la caída del pelo consiste en realizar un diagnóstico correcto a partir de la historia clínica y un examen adecuado del cabello con microcámara.

El tratamiento de la caída del cabello debe individualizarse en función de cada paciente. Cada alopecia, dependiendo de su origen, tiene una evolución diferente y unas pautas de tratamiento que se pueden combinar entre sí.

Hoy en día, existen diferentes tipos de tratamiento para combatir la caída del pelo, entre los que destacan:

• Vitaminas, oligoelementos y aminoácidos para caída del pelo estacional. Su prescripción en forma de cápsulas o lociones se enfoca en mejorar la nutrición de los folículos pilosos en diferentes estados carenciales y en caídas estacionales del pelo, sobre todo en otoño y primavera.
• Minoxidil. Es un medicamento de uso tópico para la alopecia que favorece una mayor irrigación del cuero cabelludo, con lo que aumenta el aporte de sangre a los folículos pilosos.
• Finasteride. Es otro medicamento para el tratamiento de la caída del cabello, pero en fórmula de cápsula. Actúa frenando la acción de los andrógenos a nivel del folículo piloso, que son los responsables de la aceleración del ciclo capilar.
• PRP capilar (plasma rico en plaquetas). El plasma rico en plaquetas es un procedimiento que consiste en extraer la sangre del propio paciente. Posteriormente se separan por un lado los glóbulos rojos y blancos y, por otro, el plasma y las plaquetas que componen la sangre, para usar así los factores de crecimiento que poseen estas últimas. Finalmete, se inyecta en el cuero cabelludo el plasma con mayor proporción de plaquetas. Este tratamiento, mínimamente invasivo e indoloro, permite incrementar la formación de colágeno y la vascularización a nivel del folículo piloso, por lo que está indicado para frenar la caída del cabello y potenciar la regeneración en pacientes que sufren una pérdida moderada de pelo.
• Infiltraciones de dutasteride. Mediante este procedimiento se inyecta en el cuero cabelludo un antiandrógeno selectivo de la raíz folicular (dutasteride) que ejerce una acción directa inhibiendo los isoenzimas 5 alfa reductasa tipo 1 y 2. Estas enzimas son las que transforman en el organismo la testosterona en dihidrotestosterona (DHT), que es la responsable de que el pelo se vaya afinando por efecto de las hormonas masculinas. Bloqueando este paso se favorece el engrosamiento del pelo y se consigue un aumento de la densidad capilar.
• Vasijeterapia. Es un procedimiento indoloro e inocuo que permite aplicar mediante un aparato distintos productos específicos en la epidermis del cuero cabelludo mientras produce un efecto de vacío en él y lo masajea. Esta técnica posibilita una mejor penetración de los principios activos con la finalidad de obtener una mayor eficacia del tratamiento diseñado para cada paciente.
• Terapia láser para el tratamiento de la caída del cabello. La fototerapia con láser ha demostrado un aumento del metabolismo celular y del flujo sanguíneo en la raíz del cabello, lo que transforma un folículo debilitado en uno más sano, evitando la caída excesiva del cabello y estimulando su fase de crecimiento.